El travestismo político es un llamador al incentivo. Es una tentación para quienes buscan, bajo cualquier forma, el apoyo a sus posturas políticas o, lo que es más grave aún, aprobar leyes que no terminan de lograr consenso.
La situación del ex senador Edgardo Kueider, con detención domiciliaria por estas horas en Paraguay, va fortaleciendo la sospecha que pudo haber recibido dinero para acompañar la ley de Bases. A los 211.000 dólares que intentó pasar sin declarar al vecino país el último 8 de diciembre, se agrega ahora el intento de comprar en Asunción cinco departamentos para lo cual su secretaria, y compañera de detención en estos días, dejaba en la inmobiliaria una seña en efectivo de una cifra similar a la que se le encontró en el auto días atrás.
Esto último fue en junio pasado, días después de la sanción de la ley de Bases en la Cámara Alta. El voto del bloque Unidad Federal fue determinante para su aprobación. Ese espacio que ocupó Kueider es presidido por el correntino Camau Espínola. Los dos llegaron a ese estamento de la mano del peronismo, al que abandonaron en febrero del año pasado para conformar un bloque que, en ese momento, tenía cinco integrantes. Más tarde quedarían solo tres, ellos dos y la cordobesa Alejandra Vigo.
Tras la votación de la Ley de Bases, para cuya aprobación fue determinante el acompañamiento del bloque Unidad Federal, el Partido Justicialista de Corrientes suspendió a Camau Espínola y comenzó a transitar el planteo formal para su expulsión. Por estos días se fortalece esa postura. Una pegatina de afiches firmados por el PJ correntino reclama en un grito gráfico, “Camau devolvé la banca”. La titular del PJ nacional, Cristina Fernández, tiene previsto visitar la provincia en febrero. Quizás sea para rubricar la expulsión del cuestionado senador.
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