Las políticas económicas del gobierno nacional dejan esta semana un verdadero testimonio de su fracaso. El 52,9% de los argentinos viven por debajo de la línea de la pobreza, es el porcentaje más alto de los últimos 20 años. La pobreza creció 11,2 puntos durante el primer semestre de 2024.

Desmenuzar las cifras que dio el Indec en las últimas horas da escalofríos, el 66% de los menores de 14 años viven en hogares pobres. Cuantificar ese porcentaje nos lleva establecer que algo más de 15.600.000 personas viven en la pobreza. Un escalón más abajo, en la indigencia, está el 18,1%, es decir más de 5.400.000 millones.

En medio de esas terroríficas cifras el gobierno se muestra con una notable indiferencia lanzando culpas a quienes lo antecedieron. Una explicación tan insólita y ridícula que hace necesario señalar algo tan obvio como que se gestiona para mejorar y no para empeorar la situación de los argentinos.

El gobierno no solo hace recaer las dolencias del presente al pasado que heredó, también entrega secuencias igualmente insólitas de las que cree no pagar costos por ello. El mismo día, y a la misma hora, que se conocían las cifras de la pobreza e indigencia creciente, el Presidente Milei salió al balcón de Casa Rosada con Susana Giménez a quien le había dado un reportaje minutos antes en el salón Blanco. Una postal cruel.