Hay una preocupante cuota de brutalidad que va creciendo día a día que se ensaña, particularmente, con los avances logrados en el terreno soberano cultural del país. La virulencia de ese avance no parece reconocer límites. El legislador porteño y candidato a Jefe de Gobierno, Ramiro Marra, dijo sentirse ofendido como español que es por el contenido del canal Pakapaka.

El libertario lo aseguró públicamente a través de una nota televisiva. Allí afirmó que al repasar la historia y nacimiento de nuestra patria la señal televisiva infantil coloca a los españoles como los malos y a los argentinos como buenos. “Es al revés”, sostuvo sin sonrojarse. Afirmó que semejante definición hiere su sentimiento español. También puso en duda esa versión de la historia que coloca a los españoles como invasores de nuestro continente. Siguiendo esa línea de pensamiento Marra bien podría haber afirmado que fue un error de San Martín liderar la lucha por la independencia. Los disparates pueden multiplicarse a partir de estas premisas.

La escena protagonizada por quien es titular de un bloque legislativo (Libertad Avanza) es, acaso, una muestra del enorme retroceso cultural que está sufriendo este colectivo social que conforma Argentina. Lo preocupante no es la calidad de pensamiento del legislador en cuestión, sino la mansa aceptación de premisas tan embrutecedoras por un amplio sector de la ciudadanía. Un 17% de los porteños votó este espacio en las últimas primarias. Porcentaje que permite proyectar que el partido de Milei sumará otros cinco legisladores con perfil similar a Marra. No renuevan ninguno. La fuerza colonial, de reiterar ese porcentaje de votos el 22 de octubre, tendrá 10 representantes en un parlamento integrado por 60 diputados encargados de legislar en la ciudad capital de la República.